Mascaró


Alea jacta est

Crab no se responsabiliza por las opiniones vertidas en este blog, que a veces ni siquiera comparte.

No toda la información aquí publicada ha sido debidamente chequeada. Ley 23444.

La idea de este blog es crear un espacio amable y compartir recuerdos, puntos de vista o apreciaciones con gente amiga o en proceso de serlo. Por tal motivo queda prohibido el acceso de energúmenos, cuyos comments serán eliminados. Crab atenderá y contestará por línea directa (ver Perfil) a todos los que quieran insultarlo, amenazarlo, amedrentarlo, despreciarlo o menoscabarlo. Quienes busquen sus efímeros 15´ de fama aquí, no los encontrarán.

Los contenidos de esta página pueden afectar creencias tradicionalmente aceptadas respecto de cualquier institución, grupo o individuos, tales como el estado, el gobierno, la iglesia, el sindicalismo, las fuerzas armadas, la familia, el capitalismo, el imperialismo, las madres de Plaza de Mayo, la Asociación Argentina de Fútbol, el Ejército de Salvación, la Organización Scoutista Argentina, los homosexuales, los negros, los judíos y los chinos. El acceso a la misma por parte de menores de edad queda librado por lo tanto a la responsabilidad y vigilancia de los señores padres.

domingo, abril 27, 2008

EL TEMA DE LA SEMANA: Lester Young - I can't get started

Lester Young, en el tema que tan famoso hiciera Gillespie: I can't get started, que en realidad se llama I can't get started with you, o sea, lo que si fuéramos sinceros debiéramos decirle a la mujer cuando terminamos una relación: "con vos no tuve ni para empezar".
Lester, para mí uno de los más grandes tenores que tuvo el jazz, despliega todo su talento, su sutileza, su particular utilización de las pausas y de las notas largas, sostenidas, de su vibrato y de su inteligente discurso, lleno de ricas ideas y desplegado sin prisa alguna, como si el tiempo no existiera.
Que deja de existir, en realidad, cuando él toca.
Curiosamente, acompañado -muy bien acompañado- en esta grabación por un excelente pianista, que se destacó sin embargo como cantante: Nat "King" Cole.

martes, abril 22, 2008

¿A dónde vamos a parar?

Esto fue hecho totalmente por computadoras. Música y canto. Yo me la comí. Creo que tendríamos que hacer algo, porque si no, en unos años vamos a ir a parar todos a los caños.
http://youtube.com/watch?v=rCSPCsbZ56U

domingo, abril 20, 2008

El tema de la semana: Miles Davis, Stan Getz, Lee Konitz: Ezz-thetic

El tema presentado a principios de mes tuvo su repercusión. Rspondiendo a algunos pedidos (lo que demuestra que hay gente que le gusta complicarse la vida), ofrecemos a la consideración del estimado público un nuevo elaborado tema del conjunto integrado por el trompetista Miles Davis, los saxofonistas tenor Stan Getz y alto Lee Konitz.
Bien complejo, por cierto, pero lleno de musicalidad e ideas.
Si bien no es nada fácil, vale la pena escucharlo y analizarlo. El título lo dice todo.
Música para escuchar a solas, eso sí.

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sábado, abril 19, 2008

Los falsos amigos portugueses

Como saben todos los que lidian con un idioma extranjero (¿y quién no lidia por lo menos con uno en estos tiempos?), se llaman falsos amigos a aquellas palabras de otro idioma que se escriben o que se pronuncian igual a una castellana, pero que tiene otro significado.
Aquí va una lista de "falsos amigos" portugueses, que Crab recogió en Brasil. Algunos son curiosos, otros divertidos. Recomiendo su lectura a los que estén por viajar.
PORTUGUÉS - CASTELLANO
anhelo - anillo
xinete - cabalgadura
barata - cucaracha
vassoura - escoba
escova - cepillo
apenas - sólo
varanda - balcón
balçao - mostrador
grade - reja
vidrio - frasco
casaca - frac
exquisito - raro, extraño
pegar - tomar, agarrar
batir - pegar
apellido - apodo
sobrenombre- apellido
vaso - florero
copo - vaso
taça - copa
ruivo - pelirrojo
largo - ancho
rato - ratón
garrafa - botella
engarrafamiente - embotellamiento
berro - grito
billete - mensaje
brincar - juguete
cachorro - perro
calzada - vereda
cena - escena
floco - copo
copo - vaso
crianza - niño
cohelo (se pronuncia cuello) - conejo
distinto - distinguido
embarazada - confusa
engrasado - gracioso
escritorio - oficina
oficina - taller

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lunes, abril 14, 2008

Cocina celestial

La Madre Teresa muere y va al cielo. Dios la recibe en el Salón Dorado.
-¿Tienes hambre, Teresa?, le pregunta.
-Podría comer algo, contesta Teresa.
Dios abre una lata de atún, le alcanza un pedazo de pan de centeno y cmoienzan a compartirlo.
Mientras comen esta humilde comida, Teresa mira abajo, al infierno, y ve a sus habitantes devorando patas de cordero, langostas, faisanes y tortas.
Curiosa, pero profundamente fiel, se queda callada.
Al día siguiente, Dios la invita a hacerle compañía en su comida. Nuevamente, atún y pan de centeno.
Una vez más, Teresa pudo ver a los habitantes del infierno disfrutando de cerdo, pavo, venados, y deliciosos postres. Una vez más, permaneció callada.
El día siguiente, llegó la hora de la comida, y se abrió otra lata de atún.
Ya no pudo contenerse más. Humildemente, preguntó:
-Dios, estoy agradecida de estar en el cielo contigo, como recompensa por la vida piadosa y obediente que he llevado. Pero aquí en el cielo todo lo que tengo como comida es atún y pan de centeno, ¡y en el Otro Lugar comen como Reyes y Emperadores!
Francamente no lo entiendo...
Dios suspiró:
-Seamos honestos, Teresa... no vale la pena cocinar sólo para dos personas.

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domingo, abril 13, 2008

El tema de la semana - Clifford Brown - What's new?

A Crab le parece que los violines no tienen nada que hacer en el jazz.
Sin embargo, hay excepciones. Stephan Grafelly, por ejemplo, que tocaba con Django Reinhardt.
Hay grabaciones que hizo Gillespie acompañado por violines que, con excelenteds orquestaciones, casi pasaban inadvertidos.
Acá tenemos otra excepción. Clifford Brown, acompañado solamente por un leve piano y delicados violines que exponen el tema, y llenan algún vacío.
Nótese la total ausencia de vibratos, y la carencia de estridencias. Todo el tema está tocado sin salirse del pentagrama, sin ningún alarde. Salvo el del buen gusto, la sobriedad y la plenitud de ideas musicales.

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Los hijos escritores

Hace un tiempo, una gran amiga y excelente poeta, publicó en su blog un cuento de su hija.
Lo que me hizo recordar que también tenía atesorada una joyita de una mis queridas hijas (claro: ¿para qué padre no ha de ser una joyita algo que escribió su hija?).
Sin propósito de entablar competencias, sino más bien de estimular en los amigos este tipo de recuerdos, aquí va (se respetó rigurosamente el original):

Lo que pasó esta tarde
Mamá dijo: ¿vamos al balcón? ¡sí! ¡sí! Dos voces gritaron: eran yo y Elisa (mi hermana). Llegamos al balcón era un día fresco y cuando entramos mamá dijo Corina (yo) ¿traes el Royal Ludo? Bueno, mamá, lo traje y Elisa y yo empezamos a jugar. Elisa hizo una pequeña trampa y yo la dejé, pero no, no la pude dejar y le hice yo también otra trampa. Ella se dió cuenta y empezamos a pelear y terminamos:
1o. Elisa me empujó y le rompió una maceta a mamá.
2o. Elisa tiró el Royal Ludo y casi me pierde una bolita.
Después me dijo mamá, hacé una composición y... ¡aquí está!

Corina Laporte

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sábado, abril 12, 2008

Modestia aparte

La nota anterior de Vargas Llosa, que Crab publica el jueves 10, es publicada hoy por La Nación en su pag. 33.
¡Esto es anticipar la información! (estoy pensando si hacerles juicio por plagio)

jueves, abril 10, 2008

Borges y los piqueteros

Por supuesto, Vargas Llosa no es santo de la devoción de Crab, quien lo considera un traidor. Primero se subió al tranvía de la izquierda, porque en la época del boom, ¿qué podía ser un escritor sino de izquierda? Luego, cuando los vientos cambiaron, se pasó a las filas del enemigo. Me pregunto qué pensará realmente ahora.
No obstante, algunas de las ideas que aquí expone con su habitual habilidad pueden ser compartidas. No siempre uno puede estar en contra de ideas lúcidas porque provienen de un adversario. No siempre puede estar de acuerdo con ideas estúpidas porque provienen de un compañero de ruta. Escuchémoslo.

Argentina renuncia poco a poco a todo lo que hizo de ella un paí­s del primer mundo para, obnubilada por el populismo, la dictadura y la demagogia, empobrecerse, dividirse y ensangrentarse.
La biblioteca "Miguel Cañas", en el barrio bonaerense de Boedo, es un modesto local de techos altos y viejos anaqueles y pupitres de lectura, que se ha convertido en un sitio de peregrinación cultural para todo visitante más o menos alfabeto que llega a Buenos Aires. Porque aquí­ trabajó Jorge Luis Borges nueve años, de 1937 a 1946, como humilde auxiliar de bibliotecario, registrando y clasificando libros en un estrecho cuartito sin ventanas del segundo piso, donde ahora se exhiben, en una vitrina, las primeras ediciones de algunos de sus libros.
No hace mucho pasó por aquí­ el escritor inglés Julian Barnes y dejó estampada su admiración por el autor de Ficciones. Siento de pronto emoción imaginando aquellos años oscuros de ese auxiliar de biblioteca que, según la leyenda, en la hora de tranví­a que le tomaba ir y venir de su casa a su trabajo, se enseñó a sí­ mismo el italiano, y leyó y poco menos que memorizó La Divina Comedia, de Dante. Además, claro, de darse tiempo para escribir los cuentos de su primera obra maestra, Ficciones (1944).
Borges es una las cosas más notables que le ha pasado a la Argentina, a la lengua española, a la literatura, en el siglo veinte. Y es seguro que esa particular forma de genialidad que fue la suya -por lo excéntrico de sus curiosidades, su oceánica cultura literaria, lo universal de su visión y la lucidez de su prosa- hubiera sido imposible sin el entorno social y cultural de Buenos Aires, probablemente la ciudad más literaria del mundo, junto con Parí­s. Ambas capitales tienen encima, como segunda piel, una envoltura literaria de mitos, leyendas, fantasí­as, anécdotas, imágenes, que remiten a cuentos, poemas, novelas y autores y dan una dimensión entre fantástica y libresca a todo lo que contienen: cosas, casas, barrios, calles y personas.
Mucho de aquella Argentina de lectores voraces y universales, de cosmopolitas frenéticos y polí­glotas desmesurados, está todaví­a presente en la desfalleciente Buenos Aires a la que vuelvo luego de algunos años: en sus espléndidas librerí­as de Florida y Corrientes abiertas hasta altas horas de la noche, en sus cafés literarios donde se cocinaron grandes polémicas estéticas y políticas, y cuajaron esas revistas culturales que circulaban por toda América Latina como ventanas que nos descubrí­an a los latinoamericanos todo lo importante que en materia artí­stica y literaria ocurrí­a en el resto del mundo.
Las paredes del Café Margot están llenas de inscripciones, fotos y recuerdos de los ilustres escribidores, músicos y pintores que se sentaron, bebieron y discutieron hasta altas horas en estas mesitas frágiles y apretadas donde, con un grupo de amigos, recordamos algunas glorias extintas: Victoria Ocampo, Marí­a Rosa Oliver, José Bianco. En un rincón del célebre Café Tortoni hay una mesa con un Borges de tamaño natural, hecho de papier-maché.
Pero es sobre todo en ciertas personas donde aquella tradición civil e intelectual está aún viva y coleando: después de muchos años tengo la alegrí­a de ver al ensayista y filósofo Juan José Sebreli y unos pocos minutos de conversación me bastan para comprobar, de nuevo, la solidez y vastedad de su información filosófica, la desenvoltura con que se mueve por los mundos de la historia, las ideas polí­ticas y la literatura. Como muchos argentinos que he conocido, me da la impresión de haber leí­do todos los libros.
Borges fue destituido de su empleo en la biblioteca "Miguel Cañas" por el gobierno de Perón, en 1946, y degradado, por su anti-peronismo, a la condición de inspector municipal de aves y gallineros. El hecho es todo un sí­mbolo del proceso de barbarización polí­tica que latinoamericanizarí­a a Argentina y revelarí­a a los argentinos al cabo de los años que, en verdad, no eran lo que muchos de ellos creí­an ser -ciudadanos de un paí­s europeo, culto, civilizado y democrático, enclavado por accidente en Sudamárica- sino, ay, nada más que otra nación del tercer mundo subdesarrollado e incivil.
La involución del paí­s más próspero y mejor educado de América Latina -una de las primeras sociedades en el mundo que gracias a un admirable sistema educativo derrotó al analfabetismo- a su condición actual, es una historia que está por escribirse. Cuando alguien la escriba, lo que saldrá a la luz tendrá la apariencia de una ficción borgiana: una nación entera que, poco a poco, renuncia a todo lo que hizo de ella un paí­s del primer mundo -la democracia, la economí­a de mercado, su integración al resto del globo, las instituciones civiles, la cultura de brazos abiertos- para, obnubilada por el populismo, la demagogia, el autoritarismo, la dictadura y el delirio mesiánico, empobrecerse, dividirse, ensangrentarse, provincializarse, y, en resumidas cuentas, pasar de Jorge Luis Borges a los piqueteros.
Son emblema de la otra Argentina, la que rechazá el camino de la civilización y optá resueltamente por la barbarie. En sus orí­genes eran, al parecer, desempleados y marginales que salí­an a reclamar atención y trabajo de un poder que los ignoraba, de un mundo oficial sin alma, que daba la espalda a los más necesitados. Ahora, más bien, son las fuerzas de choque del poder polí­tico.
Antenoche han salido con sus bombos y sus garrotes a enfrentarse a los simpatizantes de los agricultores que protestan en la Plaza de Mayo por los nuevos impuestos decretados por el gobierno de Cristina Kirchner para los productos agrí­colas. Y, en efecto, los dispersan a palazos y a patadas, en nombre de la revolución.
¿Cuál revolución? La del odio. Lo explica muy bien el lí­der piquetero Luis D'Elí­a, afirmando que la culpa de esta movilización de agricultores contra el gobierno la tienen "los blancos". Añade que él "odia" a los blancos del Barrio Norte y quisiera "acabar" con todos ellos. Pregunto a mis amigos argentinos qué quiere decir el lí­der piquetero con aquello de "blancos". Porque, por donde yo miro, en la Argentina, por más esfuerzos que hago, sólo veo blancos. ¿Quiere acabar, pues, el piquetero con 40 millones de sus compatriotas? No veo argentinos negros, ni cholos, ni indios, ni mulatos, salvo turistas o inmigrantes: ¿únicamente a ellos está dispuesto D'Elí­as a salvar de sus fantasí­as homicidas y racistas?
Unos dí­as más tarde, tengo ocasión de inspeccionar muy de cerca a un par de centenares de piqueteros que emboscan el autobus que me lleva, de la Bolsa de Rosario al local del Instituto Libertad, que cumple 20 años, un aniversario que un buen número de liberales del mundo entero hemos venido a celebrar. Como quedamos inmovilizados por la joven hueste de don Luis D'Elí­as -o tal vez alguna peor, pues ésta es sólo ultra, y en la Argentina hay ultra-ultra y más- entre 10 y 15 minutos en la Plaza de la Cooperación, mientras ellos, imbuidos de la filosofí­a de aquel mentor, destrozan los cristales del autobus y lo abollan a palazos y pedradas y lo maculan con baldazos de pintura, tengo tiempo de estudiar de cerca las caras furibundas de nuestros atacantes.
Son todos blanquí­simos a más no poder. Mis compañeros y yo guardamos la compostura debida, pero no puedo dejar de preguntarme qué ocurriría si, antes de que vengan a rescatarnos, los aguerridos piqueteros que nos apedrean lanzan adentro del ómnibus un cóctel molotov o consiguen abrir la puerta que ahora sacuden a su gusto. ¿Celebraré mis 72 años -porque hoy es mi cumpleaños- tratando de oponer mis flacas fuerzas a la apabullante furia de esta horda de salvajes?
Cuando pasa todo aquello, la joven periodista ecuatoriana Gabriela Calderón -es tan menuda que consiguió encogerse debajo del asiento como una contorsionista- me pregunta muy en serio si estas cosas me ocurren en todas las ciudades que visito. Le respondo que no, que esto sólo me ha ocurrido en la queridí­sima ciudad de Rosario.
Lo es para mí­, por los buenos recuerdos que guardo de ella, y porque es la tierra de mi amigo Gerardo Bongiovanni y de Mario Borgonovo, un publicista que, cuando se lanza a cantar tangos, hasta los ángeles del cielo bajan y los diablos del infierno suben a escucharlo. Gerardo fundó, con cuatro amigos, en 1988, la Fundación Libertad, para promover las ideas liberales en su paí­s. 20 años después, el Instituto es un foco de pensamiento, de debates, de publicaciones, de seminarios y conferencias que entablan una batalla diaria por la modernidad, la tolerancia, el progreso, la democracia y la prosperidad contra quienes se empeñan en seguir retrocediendo a la Argentina hacia lo que Popper llamaba "la cultura de la tribu".
Durante los diálogos, mesas redondas y exposiciones de estos dí­as, como en la mañana emocionante de mi visita a la biblioteca "Miguel Cañas", de Boedo, me digo, esperanzado, que no todo está perdido, que todaví­a el fantasma de Borges podrí­a despertar a la Argentina de la pesadilla de los piqueteros.

Por Mario Vargas Llosa
Fuente: El Paí­s (España)

miércoles, abril 09, 2008

Que mal que viven los ricos



Mukesh Ambani, con una fortuna de 43.000 millones de dólares, es el hombre más rico de la India. Y uno de los más ricos del mundo. Esta es su nueva residencia -un edificio con frente de cristal de 27 pisos, con una cochera para 168 autos, tres helipuertos, un teatro, y 600 personas para su mantenimiento.
La nueva residencia de Mukesh Ambani, construída en Mumbai's Altamount Road está hecha con el material con el que se hacen los mitos. Denominada en honor de la mítica isla Antilia, la contrucción estará completada el próximo año. Fue construida sobre un terreno de 4.532 mts2. adquirido por Ambani en 2002.
27 PISOS:
(Más grandes que el edificio más alto de Bangalore. Estos 27 pisos soportarán un peso equivalente a 60 pisos normales).
Conforma el plan, la casa alcanzará una altura de 172,12 metros, equivalentes al de un edificio residencial normal de 60. Sin embargo, Antilia tendrá tan solo 27.
SEIS PISOS PARA ESTACIONAMIENTO:
Los seis primeros pisos sedrán reservados para estacionamiento, y sólo para los autos pertenecientes a la familia de Mukesh. Se ha destinado un espacio para un total de 168 autos importados
PISOS PARA ENTRETENIMIENTO:
El piso octavo tendrá un centro de entretenimiento, comprendiendo un mini teatro.
BALCONES CON JARDINES:
La azotea del mini teatro servirá como jardín, e inmediatamente sobre ella, tres balcones con terrazas jardín.
PISOS PARA SALUD:
Mientras que el noveno piso será un piso de "refugio" -es decir que será usado en caso de emergencias- los dos pisos de abajo estarán destinados a gimnasios. Tendrán facilidades para actividades atléticas y una pileta de natación, en tanto que el otro tendrá un club de salud.
PARA HUÉSPEDES:
Encima de los pisos de salud, habrá dos pisos con frente de cristal para los invitados de la familia Ambani.
FAMILIA: Los cuatro pisos superiores, que proporcionarán una magnífica vista del mar de Arabia y de los rascacielos de la ciudad, serán para Mukesh, su esposa Neeta, sus tres hijos y la madre de Mukesh, Kokilaben.
PISOS DE ESPACIO AÉREO:
Los dos pisos situados sobre la residencia de la familia, serán destinados a áreas de mantenimiento, y encima de ellos habrá un "piso de espacio aéreo", que actuará como sala de control para el aterrizaje de helicópetros del helipuerto de arriba. El mismo tendrá lugar para tres helipuertos.
PERSONAL:
Se calcula que 600 personas trabajarán en el edificio.
COSTO:
Será de 1.000 millones de dólares, para 6 personas y una dotación de personal de 600.

Y algunos idiotas dicen que a esa gente le gusta vivir con sencillez.

lunes, abril 07, 2008

Un certain regard

Con todo este kilombo del campo, resultó difícil encontrar una posición ecuánime, que uno pudiera apoyar sin sentir que traicionaba alguna de sus convicciones.
Me hicieron llegar esto, que suscribo casi plenamente. Les invito a dedicarle quince minutos:

Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías.
Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí, cuando son cómplices necesarios del país sojero.
Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires.
Que duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero.
Que duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano.
Que duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita.
Qué duro es ver la furia ruralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel.
Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja.
Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos.
Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte.
Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de Basf y las palas
mecánicas con aire acondicionado.
Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas.
Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos solo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales.
Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo.
Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados.
Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte.
Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena.
Qué duro es saber que miles de Argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja.
Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace estudios epidemiológicos.
Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia Boliviana.
Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo.
Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de Argentinos que todavía no nacieron.
Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan.
Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles
de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua.

Muy cerca de ellos las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.



Dr. Raul A. Montenegro, Biologo

Presidente de FUNAM
Premio Nobel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia).
Profesor Titular de Biologia Evolutiva,
Universidad Nacional de Cordoba (Argentina)

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domingo, abril 06, 2008

El tema de la semana: Miles Davis, Stan Getz, Lee Konitz

Tres cabezas de fila del movimiento que se dio en llamar cool, nacido un poco como opción frente al bop, que había explorado ya hasta la exasperación sus posibilidades.
Frente a esa enjundia, esa pujanza, se busca algo menos exasperado, más "pensado", pero no por ello carente de swing. Esta es una muestra de la nueva vertiente que se abre al jazz de los 70'. El trompetista Miles Davis, los saxofonistas tenor Stan Getz y alto Lee Konitz, en un tema pleno de ideas, que Crab aconseja escuchar repetidas veces, solo, concentrado, y sin que haya nadie cerca que pueda decir algo, casi siempre inoportuno. Música para escuchar a solas.

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Carta de Abraham Lincoln


Esta es una carta escrita por Abraham Lincoln a la dirección del colegio donde estudiaba su hijo.
Contiene consejos, que son aún vigentes para dirigentes, trabajadores, maestros, padres y estudiantes.

La carta
Él deberá aprender. Sé que no todos los hombres son justos ni veraces. Pero enséñenle, si pueden, la maravilla de los libros, y a la vez, dénle un tiempo de quietud para ponderar el eterno misterio de los pájaros en el cielo, las abejas al sol y las flores en la verde pradera. En el colegio, enséñenle que es mucho más honorable perder que hacer trampas...
Enséñenle a tener fe en sus propias ideas, aún cuando alguien le diga que está equivocado.
Enséñenle a ser amable con la gente amable y duro con los duros.
Traten de dar a mi hijo la fortaleza para no seguir a la multitud cuando persigue ideas fáciles.
Enséñenle a escuchar a todos los hombres; pero enséñenle también a filtrar todo lo que oye con el cedazo de la verdad, y a tomar solo lo bueno que logra atravesarlo.
Enséñenle, si pueden, cómo poder reir cuando está triste.
Enséñenle que no hay que avergonzarse de las lágrimas.
Enséñenle a burlarse de los cínicos y a tener cuidado con el exceso de dulzura.
Enséñenle a vender su fuerza física y su cerebro al mejor postor, pero a no poner precio a su alma y a su corazón.
Enséñenle a cerrar sus oídos al aullido de la multitud, y a mantenerse firme y pelear si piensa que está en lo correcto.
Trátenlo gentilmente, pero no lo mimen, porque sólo la prueba del fuego hace el buen acero.
Permítanle tener el coraje de ser paciente. Déjenle la paciencia de ser bravo. Enséñenle siempre a tener sublime fe en sí mismo, porque sólo entonces tendrá fe en la humanidad.
Estas son encomiendas difíciles, vean lo que pueden hacer. ¡Es una pequeña persona tan encantadora mi hijo!

-Abraham Lincoln

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