Macri, preocupado: "¿me dará al menos los perros?"
Definitivamente es negocio hablar de Macri. Este blog tuvo ayer la mayor cantidad de visitas de su corta existencia: dobló la cantidad cotidiana. Y no es, seguramente, porque mejoró su calidad, invariablemente mediocre. Pienso, pues, que es la temática la que atrae.
Porque, sin dudas, hay temas que dividen, excluyentemente. Uno es Boca y River: uno, si es de River (como Crab), difícilmente puede ser amigo de alguien de Boca. Hay miles de otros antagonismos.
En política, sin duda, es el peronismo y el resto. Si bien algunos peronistas la van de izquierdistas, y casi nos convencen, finalmente muestran la hilacha. Acuérdense, cuando cae el proceso, de los nuevos jóvenes peronistas, llenos de ideas progresistas, que integraban Grosso, Manzano, de la Sota... ¡Les juro que les creí!
Pero ahora emergió otra poderosa divisoria de aguas: Macri y el resto. Aunque, como en el peronismo, también parece haber macristas honestos, poco a poco o saltarán el charco, o se convertirán en deshonestos, como fatalmente debe ocurrir: Macri es la deshonestidad (por decirlo con elegancia).
Hoy se entrevista con el presi. Ahí (quizás no mañana, por supuesto) llegaremos a conocer verdaderamente cuánto vale cada uno. O mejor dicho, cuánto cuesta. (Y no olvidemos que a pesar de todo lo que ya afanó Kichner, Macri viene afanando desde mucho antes, y tiene por lo tanto más guita).
Macri va con la pretensiòn de máxima: la autonomía de Buenos Aires. ¡Pero estás loco!, ¿Qué te pasa? Por las dudas, va con una lista, para negociar ítem por ítem: policía, justicia, transportes, todas limitaciones impuestas por la ley Cafiero (como vemos, los peronistas, viejos y todo, siguen siendo hijos de puta, y se lo cogieron al buen ingenuo de Alfonsín, que creía que se podía negociar honestamente con ellos).
En la policía, Macri va por todo: comisarías, agentes, bomberos, los perros.
¡Los perros! ¡Ahí está la cosa! Todo quien haya ido a una cancha o a una manifestación sabemos del respeto (más bien terror) que inspiran. Ahí sí que cobra sentido la conocida expresión "que te larguen los perros". Sabemos que a los caballos se les pueden tirar bolitas, y divertirnos cuando se van a la mierda con cana y todo. Las mangueras son jodidas en invierno, pero en verano, bienvenidas sean. Pero con los perros no se jode: los hijos de puta se prenden y estate seguro de que si te salvás de un buen desgarrón, por lo menos volvés con la ropa hecha mierda. Y como todos sabemos, con la ropa no se juega.
¿Se imaginan a Macri con los perros?
¡Por fin terminaremos con los barras, con los cartoneros, con la prostitución, y hasta con las huelgas! Y casi sin bajas policiales. Quizás con algunos perros muertos, pero esos no cuestan demasiado. Y sobre todo, no cuestan presidencias.
Etiquetas: El mundo es ancho y ajeno. (Pero no ya para Macri).
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