Crab en Río III (Río for dummies)
Hoy quiero contar cosas que quienes vienen a hotel no siempre alcanzan a conocer.
Por lo tanto, el concepto de cuadra, tal como lo tenemos nosotros, no existe en Río, cuyo esquema no es para nada cuadricular, excepto donde lo permitió la falta de morros. Entonces, si uno pregunta a qué distancia queda algo, le van a contestar en términos de tiempo. Lo cual, obviamente, es además de contradictorio (confunde espacio y tiempo), ambiguo: para tardar los diez minutos que me dice este hombre, ¿a qué velocidad debo marchar?
Los brasileños son en general más cuidadosos (más educados) con sus residuos personales. Si alguien quiere deshacerse de un papel o una botella, busca con la vista el cesto de residu0s más próximo. La suciedad en calles y veredas es notoriamente inferior a la de Buenos Aires. Y ¡ojo! hace muchos años no era así, de modo que hay aquí una acción de persuación por parte de las autoridades que ha tenido resultados.
Lo mismo sucede con el cuidado en el gasto de agua. Nosotros dejamos correr con la canilla a pleno cuando nos afeitamos o sencillamente nos lavamos las manos. Aquí se mojan las manos, cierran la canilla, se las enjabonan y restriegan bien y recién entonces vuelven a abrir la canilla para enguajárselas. Hay conciencia de que el agua es un elemento escaso y que puede llegar a agotarse. Y estamos hablando de Brasil, donde hay ríos por todos lados.
Tenemos la imagen del brasileño que dice siempre de algo de su país "o mais grande". Completamente falso. Cualquier chico, hasta el más humilde, le corregirá si usted dice eso. La expresión sería equivalente a nuestro "lo más mejor", y ningún brasileño la usará. Lo correcto es: "o maior".
Río es el costado de una gran bahia, la Bahía de Guanabara. Lo que vemos en la foto, frente al Pan de Azúcar, es la otra parte del continente, para llegar a la cual habría que recorrer un gran círculo, lo cual sería además imposible, dado que gran parte son pantanos.
Trataré de dar una idea. Hay un lado de la bahía, que es Río y todas sus playas, que se ordenan: primero el centro de la ciudad: edificios públicos, comerciales, bancos, etc. Luego el aeropuerto doméstico, el Santos Dummond, y enseguida las playas: Flamenco, Botafogo, Copacabana, Ipanema, Leblón, San Corrado, y después las barras, ya más distantes. Todo este recorrido está servido por grandes avenidas costeras, los "aterros", con tierra ganada al mar, que tienen 8 manos de ida y otras tantas de vuelta, y permiten el traslado rápido desde el centro a las playas. Es imposible cruzar a pie el aterro. Para ello existen cada seis cuadras, más o menos, puentes o túneles.
Flamenco, Botafogo y Copacabana están dentro de la bahía, por lo que no son muy apetecibles. Es que la bahía está muy contaminada. En ella estacionan todos los barcos que esperan cargar o descargar, muchos de ellos petroleros, que como es costumbre, lavan sus tanques arrojando los desechos al mar: es más barato que pagar las multas. Además, la bahía, por ser un amplio espacio de mar al reparo, no tiene gran oleaje ni movimiento de aguas, lo que hace que sus playas no sean frecuentadas por quienes gusten o necesiten del oleaje.
Lo que está frente a Río, y cuyos edificios se divisan como si estuviesen al alcance de la mano (en realidad lo están) es Niteroi. Esta ciudad fue capital del Estado de Río de Janeiro cuando Río era capital de Brasil. Ahora que fue reemplazada por Brasilia, Río asumió el papel de capital del Estado.
Niteroi se encuentra entonces, en realidad, a unos 600 kmts. de Río por tierra, a pesar de estar ahí nomás. Para comunicarse con esa importante ciudad, los brasileños tienen balsas, que tardan media hora y transportan pasajeros a precios ridículamente accesibles, y construyeron además un puente, el famoso Puente de Niteroi, que atraviesa el mar desde bien al norte de Río. Un puente de ¡14 kmts.! ¡Bien al estilo macaco!
Niteroi es una gran ciudad, nada más.
Tiene como único atractivo (para mí, claro) el museo de arte moderno, popularmente conocido como "el plato volador", obra de Niemeyer, que se puede ver ampliando la foto de la izquierda, que Crab libra al dominio público como homenaje al gran arquitecto. Es ese edificio redondo situado justo en el centro de la foto, tomada desde una de las playas de Niteroi. Se ruega disculpar que era un día nublado.
Niemeyer cumple el año próximo su centenario. Se preparan grandes homenajes a este gran artista, que aún sigue trabajando activamente en sus proyectos, y exponiendo sus ideas políticas -bien revolucionarias- contra viento, marea y Lula.
Después de un ligero examen de conciencia, llegué a la conclusión de que la foto que saqué es una gran cagada y no se entiende nada, con lo que flaco favor hacía al prestigio de Niemeyer.
Acá les presento dos que tomé de Google, que dan una idea más acabada de la cosa.
Etiquetas: El mundo es ancho y ajeno.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal