El prestigio de la cita prestigiosa (¿resentido?, ¿yo?)
Nuevamente Elemental me ha hecho la distinción de citar en su blog (Diario de un Neurótico) parte de un mensaje mío. Como es para mí alto honor ser citado en uno de los blogs mejor escritos y divertidos que leo, y haciendo uso del recurso retórico de la cita de la cita, me reproduzco:
Luego de tantos años de romances, algunos frustrados y otros logrados -pero todos inconclusos, en última instancia-, he llegado a aceptar que el amor es una lucha por el predominio, donde la mujer pugna por conquistar de a poco territorios donde ejercer soberanía, por todos los medios posibles: aquellos que saben que habrán de enternecernos, o los que saben que habrán de amedrentarnos. Pero con toda frialdad, en tanto que nosotros nos movemos por "that funny thing called love". Pero van avanzando, poco a poco, y clavando su pabellón en cada porción de territorio conquistado. Con una certeza: los que hayamos perdido, nunca los volveremos a recuperar. Ya no se negocian.
Dejo constar que esto lo escribí hace un par de semanas, y que no tiene nada que ver con mis avatares con Julia, sino con la totalidad de mi experiencia personal.
O sea, creo firmemente que toda relación entre un hombre y una mujer está contaminada por el afán de predominio. Más evidente en el hombre, más sutil y subrepticio en la mujer. Comienza a percibirse tenuemente en la elección de un programa de televisión, de una película, o de lo que tengo ganas de comer hoy, y va evolucionando lenta, imperceptiblemente... Hasta que termina en los grandes desastres que todos hemos vivido.
Insisto por otro lado: toda generalización es absurda, y hay parejas (dejando de lado a las que persisten por mera rutina) que subsisten, basadas en el amor. A mí ¡ay! no me pasó.
Etiquetas: Mundo interior, Un cacho de cultura.
2 Comentarios:
Pavoroso comentario.
Con ése enfoque no vamos a ninguna parte. O mejor dicho, se va directo a una jaulita bien decoradita, a meterse adentro, a comer bien y a quejarse el resto de la vida con los muchachos en el bar de la esquina por la carcelera que te "tocó" en la vida.
¿Demasiada educación católica? Chi lo sa.
Patético.
Gabriela: Sólo hablo de mi experiencia personal. A mí intentaron dominarme. ¿Será que intento ser siempre complaciente, y doy señales equivocadas? Aclaro bien: toda generalización es absurda. Y tengo dos hijas felizmente casadas (a una le fue mal) así que por suerte no di malos ejemplos.
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