No todo es alegría en Río
Yo no podría “escribir los versos más tristes esta noche”, como Neruda, porque cuando estoy triste, no me salen cosas lindas.
Aunque, por otro lado, no necesariamente uno debe hacer literatura con el dolor, ¿no?
Hay experiencias que nos marcan para toda la vida. Crab atesora alrededor de una docena. Conversaciones particularmente intensas con el ser amado, donde vamos descubriendo su insospechada riqueza interior; intercambios intelectuales o emocionales con amigos, donde de repente surgen identificaciones muy especiales; sabias conversaciones casuales sostenidas con desconocidos en un ómnibus, un tren o un avión. Son momentos, pero momentos conmovedores, dramáticos, humorísticos, de profundo goce estético, que quedan grabados por siempre en nuestra memoria.
Hoy, por las razones que daré, recuerdo uno en especial.
Un día, un profesor de estética, con quien teníamos siempre amables intercambios con temas relacionados con su materia: líneas, colores, los fenómenos de la creación, la musicalidad especial de un poema, porqué escribimos (me lo sigo preguntando) dio de repente a la conversación un sesgo inesperado. A propósito de cualquier cosa, el profesor comenzó a hablar de la muerte, y en especial de la muerte de un hijo. De qué manera esa muerte altera el curso natural de las cosas, ya que lo normal es que los hijos entierren a los padres, y cómo cuando ese orden natural se subvierte, uno siente que las cosas no son como deben ser, que se está alterando injustamente ese orden en el que uno espera que sucedan las cosas.
Toda la hora estuvo el profe hablando del tema, de manera pausada, reflexiva, profundamente dolida, pero con un poco de disimulada bronca frente a esa burla del destino.
Cuando se fue, lo saludamos con afecto, casi en silencio. Luego quedamos conmovidos comentando la clase, y todos llegamos a la indudable conclusión: al profesor -que nunca habló en forma personal- se le había muerto un hijo, y se rebelaba contra esa injusticia.
Como mi padre murió cuando yo tenía menos de cinco años, durante mucho tiempo mi preocupación fue vivir hasta que mis hijos sobrepasaran al menos esa edad, para que se acordaran más de su padre de lo que yo recordaba al mío.
Puntualmente, con todos mis hijos se fueron cumpliendo mis deseos. Y eso que asumí la empresa con distintas mujeres. El menor ya cumplió 18, y con toda seguridad me recordará bien.
Lo que no entra en los cálculos de nadie es considerar siquiera la posibilidad de que las cosas puedan ser al revés.
Sé que ella, sostenida por una fe que yo no tengo y no sé de dónde sacó, también sabe que con la ayuda de todos: dioses, la ciencia, el ferviente deseo de todos quienes la quieren y, sobre todo, su firme poderosa e inquebrantable voluntad, saldremos adelante.
Etiquetas: Mi familia.
8 Comentarios:
Juerza, Crab! no afloje que Elisa lo necesita al pie del cañon
ninguna hija
pensaría así
tampoco Elisa
un abrazo crab
Hipólita
las sabias emma e hip tienen razón, crab. te mando un abrazo fuerte.
Crab, sabés que estoy luchando la misma que Elisa y llevo ya tres años.
Nadie morirá, quedaremos en tu recuerdo y tu amor que es lo que sostiene la memoria.
Mientras respiremos y tengamos deseos, viva la vida!!!
Viste Crab como las mujeres están contigo? No es casual que las que te mandan fuerza y amor son ellas, los machos no se animan a tener y demostrar sentimientos y en especial frente a la enfermedad y la muerte.
Aguante Crab, todavía!!!!!
Aguante Elisa!
Mmmm, que triste. Yo pienso igual que Hipólita: lo más probable es que sea usted el que piense así (y es un pensamiento lógico enun padre). Por otro lado (y no quiero sonar como Clarín) ahora el cancer y los tratamientos que hay son muy buenos. Hace poco una amiga mía (tiene 27 años) tuvo un linfoma. El tratamiento es desgastante y agotador, pero ahora perfecta (auqnue se tiene que hacer chequeos y todo eso)
Animos
Che, se ve que quede un poco perturbada porque lo que escribi antes esta pesimamente redactado. Igual creo que la intención del mensaje se entiende.
Gracias a todos quienes me hicieron llegar su apoyo y templaron mi corazón. Es lindo tener amigos.
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