CÓMO DESCONCENTRAR A LOS ESPAÑOLES
Crab miraba el torneo de Madrid, y de tanto en tanto, siempre fiel a ese llamado ancestral, echaba embelezado una ojeada de reojo a las cuidadosamente elegidas ball-girls.
Todas esbeltas, de elegante silueta, con polleritas a media pierna mostrando exactamente lo mostrable pero dejando adivinar el resto, y con ceñidas musculosas que revelaban ese par de cosas inefables que tienen siempre las mujeres (¡ay, gays, no saben lo que se pierden!).
Y Crab pensaba al mirarlas: qué lastima que cuando él jugaba al tennis no había ball-girls. Y por otro lado, que le resultaría muy difícil mantener la concentración con semejantes cosas deambulando a su alrededor.
Y entonces se le ocurrió una idea que le regala a Morea, que seguramente estará en estos momentos en París leyendo este blog: ¿porqué no poner en Mar del Plata a un montón de ball-girls semejantes alrededor de Nadal y Ferrer, que sabemos no son insensibles a esos cantos de sirena? Apuesto a que se desconcentran.
Claro que nada garantiza que Nalbandian y Del Potro permanezcan imperturbables.
Etiquetas: Mundo interior.
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