El suicidio y otras incorrecciones
CRAB ACLARA: Ante la ola de fervorosa adhesión despertada en mis amigos y lectores respecto de mi proyecto de suicidio anunciado en el post Himno a Julia, que me han hecho llegar sus manifestaciones de entusiasmo y aprobación, con expresiones como: "¡tenés todo mi apoyo!" "¡bárbaro!", "¿cómo no se te había ocurrido antes?", "¡me parece una idea genial!", "¡metele nomás!" y otras de similar calibre, agradezco las voces de aliento y estímulo recibidas, pero me veo en la obligación de aclarar que sólo se trataba de un proyecto en carpeta, de modo que debo pedirles moderen su entusiasmo. Con el tiempo lo reconsideraremos. No hay porqué ser tan literales, tampoco.
Piensen un poco, ¿qué sería si a todos los políticos se les reclamase el cumplimiento de sus promesas preelectorales? ¿a todos los abogados que nos aseguran ganaremos el pleito? ¿a todos los médicos que nos dicen que es una operación sin importancia, y luego que ocurrió un imprevisto? ¿A todos los dirigentes gremiales que prometen un ajuste salarial? ¿A todos los curas que nos prometen el paraíso? ¿A todos los musulmanes que nos prometen las 21 huríes vírgenes, y después uno va...¡y nada!? ¿o a Bush, que nos asegura que dejará Irak con la paz asegurada?
Frente a todo esto, convendrán, lo de mi suicidio es de poca monta. Pero a no desesperar, tampoco. ¿Quién dice?
Etiquetas: Mundo interior
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