Mascaró


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jueves, marzo 08, 2007

Mi abuelo (si vis non vobis, melificates ape)

Cuando paso por "La quinta", todas casas ahora (y cada tanto paso especialmente, aunque no tenga nada que hacer por ahí) me acuerdo de mi abuelo. Sí, me acuerdo de mi abuelo.
La quinta era mi abuelo. O lo que es lo mismo aunque no, mi abuelo era la quinta. Era toda su creación, como las criaturas que la habitaban.
Mi abuelo se llamaba Juan. Había venido, como todos los abuelos, en la 3ra. de un barco en un largo viaje desde Génova. Hablaba un diálecto cerrado que sólo nosotros entendíamos. Vino a los doce años y murió a los 96, hablando el mismo dialecto. Yo, que lo entendía muy bien, creía que hablaba italiano hasta que fui a Italia y no me entendieron nada, ni yo a ellos. ¡Gracias, abuelo!
Don Juan era analfabeto, pero con esa profunda sabiduría que tiene también la gente del campo, que a veces les oigo decir cosas sobre las que me digo "puta, pensar que me tuve que tragar un par de libros para llegar a esa misma conclusión".
La quinta, lo supe después, era el paraíso. Tenía todos los frutales, incluso algunos exóticos, como los caquis. Los comunes: duraznos, pelones, damascos, manzanas, ciruelas, en distintas variedades. Naranjas, mandarinas, kinotos, pomelos. Granadas, frutillas, melones, sandías, y me olvido algunas ¿qué tal?
Pero mis frutas preferidas, claro, eran las tropicales, que no había: bananas y ananás.
Legumbres y vegetales, ni hablar: tambien todo. Pidan, pidan: ahí estaba.
Todo eso plantado y cuidado por mi abuelo. Había dos tíos, pero eran dos pelotudos. Y además se dedicaban a las abejas, que como mi abuelo, laburaban para ellos.
En materia de animales, también todo: gallinas, patos, gansos, conejos y cerdos: uno para hacer al horno en navidad y otro para hacer facturas en marzo. Siempre recordaré los chillidos de ese pobre cerdo que no terminaba de resignarse a morir de una vez. Una vaca para leche y manteca, un caballo para tirar del arado.
Teníamos el gran tanque australiano para riego, por supuesto. Y también como pileta de natación de la familia.
Don Juan tenía un ingenioso sistema de acequias con la cual, a partir del tanque, regaba toda la quinta. La quinta, olvidé, eran dos hectáreas, pero toda la producción se concentraba donde estaba la gran casa, en tanto que la otra era para el ganado, árboles, y otros frutales. También para el rancho del inglés, que nunca supe qué hacía y porqué vivía ahí, pero que era un gran tipo con el cual mi abuelo iba en mi compañía a conversar todas las tardes. Fumaba en pipa, y tosía continuamente. Tenía una conversación interesante, en voz grave y pausada, y se ve que había leído. Vivía a orillas de la laguna que había en la parte baja de esa poco usada hectárea.
Las dos tías que vivían con mi abuelo (mi abuela había muerto hacía años) tenían sus especialidades: Margarita se ocupaba todo el día de sus pájaros. También aquí había de todas las variedades, pero sobre todo canarios. Había más de cien pájaros. Elena, de las plantas de adorno y de las flores, además de la cocina.
Como ven, un vergel.
Entre otros, mi abuelo dominaba el arte del injerto, que lamentablemente no alcanzó a transmitirme. Murió cuando yo (todavía adolescente y no preocupado aún por árboles y flores) estaba sacando en mi casa con mi trompeta un solo de Fats Navarro. Creo, con todo, que fue una buena manera de despedirlo.
Pero el recuerdo esencial que tengo del abuelo fue cuando casi en sus noventa años (murió con la pala en la mano) lo vi plantando árboles. ¡Qué maravillosa lección!, pensé. Planta árboles de cuya sombra no habrá de disfrutar. Planta árboles para quienes vengan después (mis hijas, que no alcanzó a conocer).
Entonces me acordé del verso de Los trabajos y los días, de Hesíodo, que pongo en latín en el encabezado, porque suena mucho más conciso y poético: "abeja, haces la miel, no para ti, sino para los otros". O quizás al revés, cuando conocí a Hesíodo me acordé del abuelo. No importa. Es lo mismo.
Mis hijas, alcanzaron a disfrutar, muerto el abuelo, de la quinta, ya en decadencia. Padeció, ya sin cuidados, una larga, larga agonía, que igual alcanzamos a disfrutar todos. Me hubiera gustado tomar la posta, pero entonces estaba en otras cosas. Sabe dios cuáles.
Como ves, abuelo, te recuerdo. ¡Gracias por todo!

Dedico este post a la querida MM, que me hizo acordar de lugares.

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6 Comentarios:

A la/s 12:47 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Por que sera que un monton de gente recuerda tan bien a los abuelos?
El mio era lo mas.Se murio cuando yo tenia 8.Pero de los 5 a lso 8 vivi con el.Y me parece que el tenia una depre o algo asi y lo dejaban en una silla de esas que se hamacaban mirando al jardin y yo jugaba con los soldaditos..y el me decia las batallas que tenia que hacer.Las de la segunda Guerra Mundial,Troya,Waterloo,1 guerra mundial..y a partir de eso me contaba historias alucinantes.Tambien recuerdo que bajabamos a la calle y mirabamos las columnas de montoneros que iban a la Plaza y yo le preguntaba que pasaba y me decia que iba a venirse mucho lio.A el,los militares lo rajaron de su laburo(era diplomatico)por no se bien que.
Cariños
A

 
A la/s 1:21 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Bien por tu abuelo. Bien por vos, que lo recordás. Bien por todos nosotros que llegamos a saborear los frutos de su arte con todos los sentidos. Todavía recuerdo cómo saqueaba el jasmín de mi abuela (de quien dusfruté muchísimo) y creo que gracias a ella es todavía la flor a la que le siento el mejor perfume. También recuerdo cantidades casi groseras de higos y gallinas... y flores por todas partes... HERMOSO.
Por suerte, nunca más pasé por allí. No me lo imagino sin la abuela. Mucho menos sin sus flores que, por lo que veo, tampoco le pertenecían.
Besos, papi.

 
A la/s 1:23 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Papi! Firmo como anónimo porque el hecho de no tener BLOG creo que me discrimina para poner firma automática, pero soy Lorena. Más besossssssssssssssssssssssssssssssss

 
A la/s 4:49 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Dear Crab..que significa lo que esta escrito entre parentesis?
Es algo en latin?
En mi familia todos hablan muchos idiomas.
Menos yo.Hablo dos y medio.Entiendo dos y tengo uno en el subconciente.
Lei que haces cosas con idiomas y con cine.Suena interesante.
Cariños
A

 
A la/s 6:27 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Hola, papi y todos...

si lo que yo conocí y disfruté fue la quinta en "decadencia", ni me imagino lo que habrá sido en sus días de gloria !!
Vivan los abuelos !!
Y los padres, los hijos...y muchos otros.
Un beso,
Elisa (anónima ni muerta !!)

 
A la/s 11:07 p. m., Blogger myrna minkoff dijo...

crab,
qué honor, ser citada en tu block y recibir el homenaje de un post.
Gracias!

 

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