Mascaró


Alea jacta est

Crab no se responsabiliza por las opiniones vertidas en este blog, que a veces ni siquiera comparte.

No toda la información aquí publicada ha sido debidamente chequeada. Ley 23444.

La idea de este blog es crear un espacio amable y compartir recuerdos, puntos de vista o apreciaciones con gente amiga o en proceso de serlo. Por tal motivo queda prohibido el acceso de energúmenos, cuyos comments serán eliminados. Crab atenderá y contestará por línea directa (ver Perfil) a todos los que quieran insultarlo, amenazarlo, amedrentarlo, despreciarlo o menoscabarlo. Quienes busquen sus efímeros 15´ de fama aquí, no los encontrarán.

Los contenidos de esta página pueden afectar creencias tradicionalmente aceptadas respecto de cualquier institución, grupo o individuos, tales como el estado, el gobierno, la iglesia, el sindicalismo, las fuerzas armadas, la familia, el capitalismo, el imperialismo, las madres de Plaza de Mayo, la Asociación Argentina de Fútbol, el Ejército de Salvación, la Organización Scoutista Argentina, los homosexuales, los negros, los judíos y los chinos. El acceso a la misma por parte de menores de edad queda librado por lo tanto a la responsabilidad y vigilancia de los señores padres.

miércoles, noviembre 03, 2010

Otro tipo de duelo

Crab recibió este mensaje, atribuido a Alejandro Borenztein. Mas allá de que eso sea cierto o no (cualquiera puede adjudicar cualquier cosa a otro en Internet), es interesante, dentro de este torbellino de lamentos y duelos de estos días, escuchar otra opinión, para mostrar que las coincidencias no son tantas. Más allá de que no coincidamos enteramente con el tono despreciativo y casi insultante del mensaje.

Q.E.P.D por Alejandro Borenztein (hijo de Tato Bores)
Quiero aclarar que voy a escribir con las entrañas y que lo que voy a decir no es políticamente correcto. Es lo que siento y lo que alcanzo a razonar.
No voy a cambiar ahora mi punto de vista sobre NK.
Lo que pensaba el 26/10 lo sigo pensando hoy.
El tipo no me gustaba y por lo tanto sigue sin gustarme.
Que se haya muerto no agrega nada a la figura del sujeto.
Se murió, punto. Como nos vamos a morir todos.
Una muerte repentina no lo hace mejor.
No se murió Martin Luther King, ni Gandhi, ni la Madre Teresa.
Se murió un tipo que hizo de su vida política un enfrentamiento constante, que favoreció y estimuló las antinomias, que llenó de bronca, malos modos, desprecio, y falta de educación la sociedad argentina.
Se murió un tipo que se autodenominó como de la juventud revolucionaria y que en 1976 se escapó al sur ante el ruido del primer petardo, y fue amigo de los militares torturadores.
Se murió un tipo que se autoerigió como el defensor único de los derechos humanos, ignorando todo lo hecho por otros gobiernos, y al que nunca antes se le había conocido militancia social.
Se murió un tipo que cuando ardían los cuerpos de 200 personas en Cromagnon se escapó a refugiarse en su guarida sureña y que no apareció por la capital hasta tres días después.
Se murió un tipo que acrecentó su fortuna en 55 millones de dólares en dos años y que hizo desaparecer 500 millones de dólares.
Se murió un tipo que se agarró el testículo izquierdo cuando nombraron a un ex presidente en el congreso, dando muestras de su fascinante educación y que después negoció con el mismo ex presidente su voto en el senado.
Se murió un tipo que, lamentablemente, mostró lo peor de la sociedad en cuanto al respeto por el otro.
Se murió un tipo que nunca respetó a un porcentaje importante de la sociedad. A la que siempre hostigó. Y no hablo de los que tienen guita, ellos se defienden solos. Me estoy refiriendo a los que simplemente no pensábamos como él
Se murió un tipo que nunca debatió ideas. Cuya forma de ejercer la política era tirar a la banquina al que no pensaba igual.
Se murió un tipo que no respetaba al que no compartía su opinión.
Más cuando se trata de gente que ha influido o influye en las vidas de la gente común como nosotros, como son los políticos.
No me puse a llorar cuando me enteré, pero la verdad es que tampoco me entristecí.
No me conmueve ver a su esposa al lado del féretro, ni llorar a Hebe de Bonafini.
Se murió un tipo que a mí no me gustó nunca, a pesar que en algunos o muchos casos he estado de acuerdo con lo que hacía. Pero no en cómo lo hacía.
No estoy feliz, ni triste.

Etiquetas:

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal

Adoos