Nos tomó de sorpresa. Nos dábamos cuenta de que estaba apostando fuerte, como solía hacer. A todo o nada. Y fue nada.
Un poco de irresponsabilidad y otro poco de autoinmolación.
Ahora, la pregunta que surgió espontánea, fue la del título. Y también la comparación. Ambos matrimonios cogobernantes: Perón-Isabel, Kirchner-Cristina.
Sin duda hay similitudes, pero también diferencias profundas. Es que algo debe enseñar la experiencia, aún a los peronistas, duros para aceptar la realidad.
Similitud: tanto Perón como Kirchner se rodearon para gobernar de mediocres cuyo mayor mérito fue su capacidad de adulación. No hubo, no lo permitieron, delfín que les sucediera.
Diferencia: Cristina, gracias a dios, no es Isabel.
Será frivola, le gustarán las joyas, carteras y vestidos de marcas famosas, hacer pilates, pero es otra cosa.
Lo que no implica necesariamente que sea una gran gobernante. Quien gobernó estos siete años fue el marido. Aunque algunas cosas pudieran discutirse, y en algunas hasta pudiera llegar a convencerlo, el que fijaba las líneas era sin duda Néstor.
Cristina se destacó como senadora. Tuvo ideas progre, y mostró su aguerrido temperamento en los debates del senado. Muchos legisladores aprendieron a respetarla y temerla. Pero una cosa es teorizar sobre el mando y otra muy distinta ejercerlo.
Néstor era también el que gobernaba a la tropa, que ni siquiera él podía mantener siempre disciplinada.
Yo sé que ahora vendrán caras extrañas. Nadie ocupará, claro, el espacio que ocupaba Kirchner, pero todos se expandirán un poquito para tratar de que no se note tanto ese vacío.
El primero Scioli, que en verdad es un looser, y nadie da diez guitas por él, así que ni vale la pena considerarlo. Los barones del conurbano se lo comerán en dos bocados.
No hay nadie destacado y con posibilidades de triunfar en un eventual enfrentamiento con la UCR y los aliados que llegue a cosechar.
Habrá cambio de ministros, que será la primera demostración de Cristina de que tiene ganas de demostrar lo que vale por las suyas. Esperemos que sepa elegir mejor que el marido, y que se rodee de gente capaz.
Con su vice no podrá hacer nada, y sería mejor que no siguieran intentándolo, para no revolver más el avispero, que ahora se alborotará con mayor facilidad, a falta del apicultor con la máquina de echar humo.
El gran tema, sin duda, es Moyano, que ahora queda en posición debilitada, dado que se rompió la ya de por sí endeble alianza que tenía con Néstor. Pero que fue el primero que salió a la palestra, proclamando su apoyo a la presidenta. Moyano está enfrentado a los gordos, que ocupan gran parte de la porción de poder en que se divide la CGT. Pero tiene también a su favor prácticamente a todos los gremios que se deslizan sobre ruedas. O sea que tiene la capacidad de parar el país si lo quiere. Y con gremios violentos y agresivos, que, como vimos, llevan revólver a la cintura.
Moyano ya mostró en algunas oportunidades sus ambiciones presidenciales. Así como al pasar, sabido de que si manifestaba muy en serio lo iban a retar.
Pero ahora no hay quien lo rete. Y se estará seguramente frotando las manos, y diciendo: "ahora es la mía; ¿por qué no?"
Etiquetas: Mi País.
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