Mascaró


Alea jacta est

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jueves, septiembre 06, 2007

Consejos indios

Aprovecho este período de absoluta impotencia creativa (recalco: sólo creativa) para postear este mensaje de mi médico amigo indio, con quien intercambiamos mensajes personales tres o cuatro veces al año, pero que invariable y periódicamente me manda archivos Power Point con bellas fotos, o consejos como estos. Por lo menos, ya que no tengo voluntad ni capacidad de pergeñar algo, lleno el vacío con algunas cosas (no todas, algunas tienen mucho olor a Coelho) que tienen contenidos interesantes. Y de paso, mantengo el blog activo, que de otro modo deja de recibir visitas.

Cinco lecciones importantes

1a. Lección: la mujer de la limpieza.
Cuando cursaba segundo año del secundario, nuestro profesor nos tomó una prueba sorpresa. Yo era un estudiante hacendoso, y completé rápidamente las preguntas, hasta llegar a la última:
¿Cuál es el nombre de la señora que hace la limpieza en el colegio?
Seguro se trataba de una broma. Había visto varias veces a la señora de la limpieza. Era alta, de cabellos oscuros y de alrededor de unos 50 años, ¿pero cómo podía saber su nombre?
Entregué mi hoja, dejando en blanco la última respuesta. Antes de que la clase terminara, un estudiante preguntó si la última pregunta tendría mucho peso en el puntaje de la prueba.
-Por supuesto -dijo el profesor-, conocerán en sus carreras mucha gente. Todos son importantes. Todas merecen su atención y cuidados, aún cuando todo lo que usted haga sea sonreirles y decirles: "hola".
Nunca olvidaré esta lección. También aprendí que su nombre era Dorotea.

2a. Lección. Socorrer en la lluvia.

Una noche, a las 23,30 una señora de color estaba parada en Alabama, a un costado de la autopista, soportando una lluvia torrentosa. Su auto se había descompuesto y necesitaba desesperadamente que alguien la llevara. Totalmente mojada, decidió para al próximo auto. Un joven muchacho se detuvo a ayudarla. La condujo a lugar seguro, le ayudó a encontrar auxilio, y la puso luego dentro de un taxi.
La señora parecía estar muy apurada, pero le agradeció y pidió su dirección al joven. Una semana después golpearon a su puerta. Para su sorpresa, le habían mandado un gigantesco aparato de TV. Adjunta había una nota...
Decía: muchas gracias por auxiliarme la otra noche en la autopista. La lluvia inundó no solo mi ropa, sino también mi espíritu. Entonces usted llegó. Gracias a usted, pude llegar junto al lecho de mi moribundo esposo poco antes de su muerte. Dios lo bendija por ayudarme y por ser tan generoso con los demás.
Sinceramente,
La señora de Nat King Cole.

La 3a. Lección. Recordar siempre a quien nos sirve.
En los días en que un sundae de crema costaba mucho menos, un chico de 10 años entró a un café y se sentó a una mesa. La moza le sirvió un vaso de agua.
-¿Cuánto cuesta un sundae de crema?, -preguntó.
-Cincuenta centavos, respondió la moza.
El muchacho se metió la mano en el bolsillo y contó sus monedas.
-Bueno, ¿y cuánto cuesta un helado de crema común?, -preguntó.
Para entonces, había gente esperando en las mesas, y la moza se estaba impacientando.
-Treinta y cinco centavos, -respondió impaciente.
El muchacho contó nuevamente sus monedas.
-Bueno, tomaré un helado de crema, -dijo.
La moza le trajo el helado, dejó la adición sobre la mesa y se marchó. El muchacho terminó su heklado, le pagó al cajero y se fue. Cuando la moza fue a limpiar la mesa, no pudo contener un sollozo. Colocados cuidadosamente junto al pote vacío, había tres monedas de cinco centavos.
Ya ven, él hubiera podido tomar el sundae, pero prefirió dejarlas como propina.

4a. Lección. El obstáculo en nuestro camino.
En tiempos antiguos, un rey tenía una roca en medio de un camino. Entonces se escondió para ver si alguien se tomaba el trabajo de removerla. Muchos de los más saludables comerciantes y cortesanos del rey pasaron y simplemente la esquivaron. Muchos criticaron al rey por no mantener limpio el camino, pero ninguno hizo nada por apartar la roca.
Entonces llegó un campesino cargando un gran fardo de vegetales. Al aproximarse a la roca, el paisano dejó en el suelo su carga, y trató de correr la roca a un costado del camino. Luego de mucho empujar y esforzarse, finalmente lo consiguió. Cuando iba a alzar su fardo, advirtió un pequeño bolso que había quedado en el suelo, en el lugar donde estaba la roca. El bolso contenía muchas monedas de oro y una nota del rey indicando que ese oro era para la persona que retirara la roca del camino. El paisano aprendió algo que muchos de nosotros nunca entendemos.
Cada obstáculo representa una oportunidad para mejorar nuestra condición.

5a. Lección: Dar cuando importa...
Hace muchos años, cuando trabajaba como interno en un hospital, conocí a una chica llamada Liz, que sufría de una rara y seria enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse era una transfusión de su hermano de cinco años, quien había milagrosamente sobrevivido a la misma enfermedad, y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla. El doctor explicó la situación al pequeño, y le preguntó si estaba dispuesto a dar su samgre para salvar a su hermana.
Éste lo miró vacilando por sólo un momento, antes de dar un profundo suspiro y decir, "bueno, lo haré, si eso ha de salvarla". A medida que la transfusión avanzaba, permaneció en la cama vecina a su hermana sonriendo, como todos lo hicimos, al ver el color que retornaba a sus mejillas. De repente su cara palideció y su sonrisa se desvaneció.
Entonces miró al doctor, y le preguntó con voz temblorosa: "¿comenzaré a morirme ya mismo?
Como era tan joven, el niño no había entendido al doctor, pensó que para salvarla, debía dar a su hermana toda su sangre.

Trabajá como si no necesitaras la plata.
Amá como si nunca te hubieran herido.
Bailá como lo hacés cuando nadie te mira.

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