La carrera de postas
Mi hijo pone esto en su blog:
"Estoy abajo, buscando libros en la biblioteca.
-Papá: ¿Sófocles, Esquilo y...?
-Eurípides.
¡Eurípides! Menos mal, si no tenía que subir y bajar las escaleras. Para algo sirve tener un padre culto."
Bueno, lo de culto va por su aún inexperta cuenta.
Pero me provocó algunas reflexiones.
Siempre he pensado que hay dos formas de cambiar (o mejorar) el mundo en que vivimos.
Una es la revolución. Pero claro, las revoluciones son conducidas por hombres. Falibles, imperfectos. Además, sufren dos serios riesgos: la contrarrevolución, que de una u otra forma termina socavándolas, o el anquilosamiento. La única revolución triunfante -a pesar de todo- es a mi juicio la cubana (¿qué pasará cuando desaparezca Fidel?), que significó un peligroso ejemplo y símbolo que el imperialismo siempre procuró hacer desaparecer. Hasta el mismo Kennedy, considerado por muchos un gran presidente, ordenó la fracasada invasión a Cuba.
El otro camino es la educación. Si tenemos hijos mejores que nosotros, y estos a su vez hijos mejores que ellos, conseguiremos ir cambiando al mundo.
Y siempre vi esto como una carrera de postas.
Para los que no hayan andado por el atletismo, les cuento.
La carrera de postas es una carrera, pongamos como ejemplo la de 4 x 100 (hay otras distancias) en que se alinean 4 corredores por equipo. Cada uno corre 100 metros, o sea en total 400. El primero lleva en sus manos un palo de unos 15 cmts. y del grosor aproximado de un palo de escoba. Al recorrer sus 100 metros, debe entregar el palo (llamado posta, o testimonio) al corredor siguiente de su equipo, y así hasta cumplir los 400 metros.
El corredor que va a recibir el testimonio comienza a correr cuando llega el compañero que le va a entregar el testimonio, para equiparar su velocidad. En esta carrera -que no en vano inventaron los griegos- interviene el valor de la solidaridad, ya que debo entregar algo que a su vez me entregaron. Y la idea es que lo entregue en una posición mejor, o sea que reduzca la distancia que perdió mi compañero y que aumente o al menos que no pierda la ventaja que este ganó.
Además, es una carrera que se ensaya bastante, porque: 1) el corredor que recibe el testimonio puede picar demasiado veloz y su compañero, que viene cansado, puede no alcanzarlo; y 2) el testimonio, que hay que entregar al terminar la carrera, puede caerse al hacer el pase, con lo que se pierde la misma.
Hay carrera de postas también en natación, pero ahí no hay contacto: cuando un nadador toca el borde, el que le sigue se zambulle.
Considero que nosotros les damos algo a nuestros hijos (tradiciones, principios, convicciones éticas) y que ellos tienen al menos en teoría la obligación de mejorar lo que le entregamos. A veces, cuando los míos establecen comparaciones odiosas (casi siempre favorables a ellos) les digo: "bueno, yo partí de acá, y llegué hasta acá. Lo único que les pido es que superen eso. Si lo hacen, el mundo irá mejor, sin duda.
Y la verdad es que estoy muy contento con lo que han alcanzado. Sin dudas me han superado.
Que es otra de mis grandes ambiciones: que siempre el discípulo supere al maestro.
5 Comentarios:
Siiiiiiiiiiiiií! Qué lindo ver cómo vamos mejorando la raza humana! Los hijos adquieren muchos de nuestros (pocos) conocimientos y nos superan ampliamante !
Eso me gusta mucho
Blixmi
Si no podemos, o no nos animamos a ser el Che, por lo menos hagamos lo posible por mejorar algo el mundo.
Me dás esperanzas, crab. ¿No será, también, un pasito pa'delante y dos pasitos para atrás? Pensemos que NO.
Un saludo!!
anda a la pta q te re1000 pario
Realmente no sé qué es lo que te anima a poner un comentario tan profundo, tan lleno de sarcástico humor, y, por fin, tan erudito.
¡Seguí así, Anónimo, que vos también vas a llegar, seguramente!
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