El cinismo de EEUU
Todos están azorado con las revelaciones de Wikileaks, que llenan los titulares de ayer y hoy, menos Crab.
Porque ¿revelan acaso algo que no supiéramos ya?
La política externa de EEUU fue siempre de apoyo a sus intereses, y variando conforme los mismos (y los tiempos) iban cambiando.
En un principio era el comunismo: todo debía estar supeditado a combatirlo.
Así, el apoyo a todos los sangrientos dictadores latinoamericanos, asiáticos y africanos.
En aquellas épocas de mayor sinceridad, el Presidente Roosevelt defendía al dictador Somoza afirmando: "sí, es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.
Intervenieron en el derrocamiento del presidente de Guatemala, Jacobo Arbenz y su substitución por una brutal dictadura militar. Arbenz había expropiado 390.000 Hs. de
Provocaron en Chile la destitución y asesinato de Salvador Allende, poniendo en su lugar a otro sangriento dictador, Pinochet.
En Bolivia, derrocan a los presidentes democráticos Paz Estensoro y Siles Suazo.
En Cuba, apoyaron a Batista hasta la llegada de Castro, a quien hostilizan desde entonces, intentando invadirlo en Bahía de los Cochinos, fracasada misión organizada por
Invaden Granada con 7.000 marines para derrocar y asesinar a su presidente democráticamente elegido Maurice Bishop.
ídem en Guayana, contra el presidente Cheddi Jagan.
En Haití, apoyan el sanguinario Duvalier, quien es reemplazado a su muerte por Raúl Cedrán, elegido democráticamente. Lo derrocan.
La aburrida y reiterada lista sigue con Honduras, Méjico (al que le robaron medio país), Paraguay, Perú, Dominicana, Venezuela…
Y esto comprende tanto a sus presidentes republicanos como a los demócratas, lo que demuestra su coherencia en cuanto a sus apetencias imperiales y a sus creencias respecto a su misión en el mundo.
Todo esto acompañado siempre por su cinismo. Foster Dulles denomina a Centro y Sudamérica como “su patio trasero”.
Ahora, Hillary, en una declaración increíble, sostiene, entre otras cosas:
“No es un ataque a la política exterior de EEUU, es un ataque a toda la comunidad internacional”. “Pedimos disculpas por la divulgación de informaciones confidenciales”. “Desearía que seamos capaces de ir más allá de todo y volver a trabajar juntos en nombre de nuestros objetivos comunes”.
“Nuestra política es un asunto público, como se demuestra en nuestras declaraciones y en nuestros actos”.
Lo que, bien entendido, quiere decir: Ojo: no nos atacan sólo a nosotros, nos atacan a todos (o sea, el clásico “matemos al mensajero”). No pedimos disculpas por las cosas que dijimos, pedimos disculpas por su divulgación. No les den importancia a esas boludeces, tenemos miras superiores (¿todos nosotros, o sólo ustedes?). Nuestra política es un asunto público. Claro, de nuestro público, no del de ustedes. Y sí, se demuestra en nuestras declaraciones y en nuestros actos.
Etiquetas: El mundo es ancho y ajeno.
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