Mascaró


Alea jacta est

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lunes, abril 14, 2008

Cocina celestial

La Madre Teresa muere y va al cielo. Dios la recibe en el Salón Dorado.
-¿Tienes hambre, Teresa?, le pregunta.
-Podría comer algo, contesta Teresa.
Dios abre una lata de atún, le alcanza un pedazo de pan de centeno y cmoienzan a compartirlo.
Mientras comen esta humilde comida, Teresa mira abajo, al infierno, y ve a sus habitantes devorando patas de cordero, langostas, faisanes y tortas.
Curiosa, pero profundamente fiel, se queda callada.
Al día siguiente, Dios la invita a hacerle compañía en su comida. Nuevamente, atún y pan de centeno.
Una vez más, Teresa pudo ver a los habitantes del infierno disfrutando de cerdo, pavo, venados, y deliciosos postres. Una vez más, permaneció callada.
El día siguiente, llegó la hora de la comida, y se abrió otra lata de atún.
Ya no pudo contenerse más. Humildemente, preguntó:
-Dios, estoy agradecida de estar en el cielo contigo, como recompensa por la vida piadosa y obediente que he llevado. Pero aquí en el cielo todo lo que tengo como comida es atún y pan de centeno, ¡y en el Otro Lugar comen como Reyes y Emperadores!
Francamente no lo entiendo...
Dios suspiró:
-Seamos honestos, Teresa... no vale la pena cocinar sólo para dos personas.

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2 Comentarios:

A la/s 11:34 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

Me encantó el cuentito. Y en algunas ocasiones muy especiales vale la pena cocinar para dos. Y si cocina el dos mejor. Beso.

 
A la/s 7:16 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

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