Mascaró


Alea jacta est

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viernes, octubre 05, 2007

Resumida historia del periódico uruguayo "Marcha"


Corría la década del '60. Eran los tiempos de las primeras dictaduras militares generalizadas en sudamérica, por supuesto organizadas por los yanquis. Sobre todo en el cono sur. Por primera vez Uruguay, la orgullosa Suiza sudamericana, caía en igual descrédito, aunque con la poco sutil diferencia de que gobernaban los militares pero simbólicamente seguía al frente del gobierno uno de los eternos representantes de la vieja y claudicante política, el Herrera o el Battle de turno.
Por acá estaba Onganía, "la foca", que por las dudas, para no equivocarse, prohibía todo.
Entonces aparece un faro resplandeciente para complacer a nuestra izquierda que comenzaba a dar señales de activismo.
Era un periódico en un formato que después copió La Opinión de Timmerman, y ahora Página 12. Con papel y tamaño de diario, pero con contenido de revista, aunque con pocas fotos y por supuesto en blanco y negro.
Su director, Carlos Quijano, era un abogado uruguayo que había completado sus estudios en París y alternado ahí con la flor y nata de la intelectualidad centro y sudamericana.
En Marcha escribían lo mejor de la Argentina y de Uruguay. Su divisa era aquel viejo adagio latino que también glosa Chico Buarque en una canción: "navegar é preciso, viver non é". "Vivir no es necesario, navegar es preciso".
Las páginas centrales estaban dedicadas a comentarios políticos, con grandes espacios dedicados a la cultura: literatura, música, cine y televisión. La sección literatura estaba conducida por Angel Rama. La sección gremial (exclusiva para el movimiento uruguayo) estaba a cargo nada menos que de Alfredo Zitarrosa, a quien luego conocimos tanto aquí como autor y cantor de tangos y milongas. Ángel Galeano, que aún no había publicado Las venas abiertas... escribía en páginas centrales sus comentarios sobre política internacional. Además colaboraban asiduamente Juan C. Onetti, Marcelo Benedetti, y otros.
Los colaboradores argentinos, en las mismas páginas, eran de lo más variados: Juan José Sebrelli (cuando era de izquierda), Rogelio García Lupo,Gregorio Selser, David Viñas, Arturo Jauretche, Rodolfo Wash. Ocasionalmente figuraron Borges y el Che, aunque no integraban, por supuesto, el elenco estable.
¿Por qué desaparece Marcha? Resulta que un día organiza un concurso de cuentos. Presidía el jurado Onetti. Gana un cuento excelente, de una autora cuyo nombre Crab no recuerda, que contaba la historia del guardaespaldas del jefe de policía, al que finalmente, por supuesto traicionaba, a pesar de ser, además de su guardaespaldas, quien lo sodomizaba. Era un poco fuerte para aquel entonces. Sobre todo si consideramos que la historia, en la parte escabrosa, reproducía exactamente la realidad, que era archiconocida en todo Montevideo.
Por supuesto, eso colmó toda la poca capacidad de aguante que le quedaba a los milicos uruguayos, quienes decretaron de inmediato la prisión de Quijano, de Onetti, de la autora del cuento, y de la señora que servía el café.
Ambos pudieron escapar. Onetti se refugió en España, de donde volvió a su querido Uruguay para morir en él. Quijano en Méjico, donde murió en medio de la tristeza. Una calle céntrica de Montevideo lleva ahora su nombre.

Buscando algún dato que me faltaba para completar esta reseña, recurro a Google, y me encuentro conque una web (gacemail.com.ar.), dedica justamente hoy su post cotidiano al periódico Marcha. Juro que es una casualidad que a mí se me ocurriera la misma idea el mismo día. Parece que las casualidades no existen, como siempre piensa Crab.

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2 Comentarios:

A la/s 9:58 a. m., Blogger José Soriano dijo...

Gracias por los recuerdos del paisito y su revista insignia.
fraterno
js

 
A la/s 3:12 p. m., Anonymous mercedes dijo...

quizas muy tarde... pero bueno, gracias por mantener vivos los lindos recuerdos

 

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