Marxismo, religión, coherencia
En un post anterior, un anónimo(a) pone en duda mi pretendido marxismo, y que éste, como sostengo, sea una religión.
Lo que me obliga a cuestionarme, y a preguntarme con qué títulos, en efecto, me pretendo marxista (lo que ahora, después de ser casi ya pasado, no constituye tanta vanagloria). De paso: siempre me pregunto con qué títulos alguien se presenta como escritor, como poeta, como filósofo. ¿Quién les da esos títulos? ¿Feinmann es en serio un filósofo? ¿Abadi es en serio un escritor?
Creo que un auténtico marxista, en efecto, si es auténtico, no puede vivir en un entorno capitalista, que siempre estará en contradicción con sus convicciones. ¿Cómo conciliar las apetencias en las que hemos sido educados con las cosas más elementales que puede proporcionarnos un país socialista?
Siempre admiré de la URSS que no hubiera hipódromos, ni lotería, ni casinos, cosas en las que mucha gente no reparaba. Que la diversión favorita de los rusos fuera el ajedrez (lo que les deparó durante muchos años la supremacía mundial en ese juego), la música, el ballet, y que los ingresos a esos espectáculos fueran gratuitos o poco más, no eran considerados grandes méritos. Y sin embargo...
Que todo el mundo tuviera trabajo, y a cambio tuviera su vivienda, su educación, y su atención sanitaria gratuita. Además de los arreglos necesarios para el mantenimiento en correctas condiciones de funcionamiento de su vivienda, que estaban también a cargo del estado. Todo esto se puede relativizar. Para conseguir que le arreglaran un caño que perdía había que esperar a veces hasta un mes, pero ¿cuántas veces tenemos nosotros que pedir turno a un plomero, al que además le pagamos?
A cambio de eso había restricciones. Los liberales protestan por el cercenamiento de la libertad de expresión. Desde su punto de vista tienen razón (y no entraré a recordar cómo eran las cosas en tiempos de los zares, porque no viene a cuento), pero yo estoy de acuerdo con que una revolución no puede permitirse el lujo de tener (y mantener) una oposición. Una revoluciòn es eso: viene a trastornarlo todo, y al que no le gusta (eso sí: debe darse la opción) que se vaya.
Desde el punto de vista económico, es cierto, el marxismo no alcanzó sus postulados. La plusvalía del trabajador con la que se quedaba el capitalismo pasó en el experimento soviético a perderse entre los estratos de la frondosa burocracia, así que no llegó del todo a las manos del trabajador. Se igualó suprimiento a la clase media y reemplazándola por una clase dirigente más poderosa y menos numerosa.
Todo esto en líneas generales.
Pero otro gran logro de la URSS fue la supresión de la moda (ahí me tiré a todas las mujeres encima) y de la publicidad. Imaginen la economía que significa. ¿Para qué necesito hacer publicidad si fabrico un solo modelo de zapatos, que se diferencian nada más que por el número y el color? Igual vale para los pantalones, los vestidos, etc. Pero el ahorro que significa en cuanto a la planificación de la economía, en cuanto al cálculo de las diferencias en colores, en modelos, que debía obedecer a caprichos de diseñadores que antes imponían modelos y colores, dirigiendo de ese modo a la opiniòn pública, vale la pena. Sólo, es cierto, que podrían y hubieran debido nombrarse planificadores con mejor gusto.
Pero, original innovación, chicas: si querías que un tipo se fijara en vos, ahora no dependías de un vestido ajustado o de un color atractivo: todos eran iguales. Dependía exclusivamente de tu capacidad de atracción: tendrás que apelar a otros encantos. Cultivar tu vacío cerebrito, estudiar, quizás, etc.
Recuerdo que un día charlaba con Haroldo Conti, quien acababa de estar un mes en Cuba, donde había sido invitado para ser jurado de La Casa de las Américas. Toda la tarde contándome las maravillas de Cuba, donde la gente hacía cola para comprar el pan, porque todos podían comprarlo, donde hacían cola para ir a un restorán, porque ahora todos podía ir, y así... Con algunas contradicciones, claro. Entonces, al final de la charla, y para hacer como una síntesis de lo conversado, le pregunto:
-Bueno, pero Haroldo, en resumen: ¿te irías a vivir a Cuba?
-¡Ah, ni por putas!
Como vemos, el marxismo es un apostolado. Y no es para todos. Ni siquiera estoy seguro de que yo, con mis hábitos monásticos y mis pocas apetencias materiales, pudiera ser un buen feligrés. Quizás, después de todo, tenga razón anómino(a).
Etiquetas: Mundo interior
5 Comentarios:
Crab, soy anónima por comodidad. Coincido con Haroldo Conti. Una hija mía que con su marido, los dos abogados hablaban maravillas de Cuba a su regreso,me dijeron ante la misma pregunta, que no vivirían en Cuba.
Lamentable, crian a sus hijos en esa dualidad, ser consumistas capitalistas y decirse izquierdozos progres.
Crab su razonamiento es el mio. Nos quedan la cultura de la clase media y los medios de la clase baja.Fuimos marxistas y no lo practicamos nunca, blanqueemos la ideología y reconozcámonos como humanistas no consumistas por convicción.
No lo peleo hoy.
Gracias por todo.
Escribo una serie de pensamientos muy rapidos y poco elaborados:
1) de acuerdisimo como usted que una revolucion no puede darse el lujo de tener oposicion. O la revolucion se vuelve conservadora, o perece.
2) el ascetismo revolucionario es hasta por ahi nomas, en los paises comunistas habia/hay mercado negro, prostitucion, me atrevo a decir que habia apuestas, y con respecto a la moda, yo fui a un colegio de mujeres con uniformes (y eso que eran superestrictos) y le puedo asegurar que igual habia codigos de estilo no detectables para el ojo no entrenado pero que hacian toooda la diferencia.
3)la caida de la urss es multicausal, y demasiado complicada para resumir en un post o un comment, igual creo que ni por las tapas tenemos idea de los efectos que verdaderamente causo y va a causar. En el siglo XX todavia veiamos los resultados de la revolucion francesa, se imagina la influencia que pueden tener 80 años de Union Sovietica a futuro? Que haya caido la urss no quiere decir que haya caido el comunismo/marxismo.
4) y eso que yo soy peronista (pero ahi tiene, muerto el perro no se acaba la rabia)
Gracias Tatiana, por tu valioso comentario.
Punto 2): me contaba un integrante del Teatro Negro de Praga -desesperado en la búsqueda de jeanes y zapatillas Adidas- que si bien la conservación de las casas era gratuita, los plomeros estaban tan ocupados que para que vinieran pronto tenías que agregarles un "extra". La corrupciòn, sin dudas, es inextinguible.
En cuanto a los efectos de la caída, como decís, son impredecibles. Lo importante es lo que dijo al respecto Norberto Bobbio: "El hecho de que una de las soluciones posibles haya fracasado, no significa que el problema haya desaparecido".
Sigamos, pues, luchando.
En cuánto a tu peronismo: ¿de cuál me hablás? Porque en realidad esa palabra tampoco significa nada ya.
Si, pero incluso asi nadie quiera seguir luchando, me llama la atencion con cuanta facilidad se declara muerto al marxismo por equipararlo a la caida de la Union Sovietica, cuando en realidad, no tenemos ni idea de como va a seguir afectando a futuro.
Con respecto a mi peronismo, no importa de cual le estoy hablando ni con cual me identifique, seguimos viendo los efectos de todos los peronismos que usted quiera enumerar. Por otra parte, su pregunta es media capciosa, porque ningun partido politico significa ya lo que siginificaba antes.
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