Borges I
Según un amigo, en Francia, por supuesto, no se conocía a Macedonio. Iba Borges a París, daba conferencias, y decía cosas ingeniosas que atribuía a Macedonio Fernández. Claro, un tipo que se llamara Macedonio, y además de apellido Fernández, no podía ser sino un personaje de ficción. Por lo tanto, las cosas ingeniosas que decía Borges y le atribuía, no podían sino pertenecer a Borges. Además tenían su estilo. Si non é vero...
Es sabido que todos los ogros viven en Ceilán y que todas sus vidas están en un solo limón. Un ciego corta el limón con un cuchillo y mueren todos los ogros.
Kardán cayó enfermo. Su tío le dijo:
-¿Qué deseas comer?
-La cabeza de dos corderos.
-No hay.
-Entonces, las dos cabezas de un cordero.
-No hay.
-Entonces no quiero nada.
Chuang Tzu soño que era una mariposa y no sabía al despertar si era un hombre que había soñado ser una mariposa, o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre.
Si los justos quisieran crear un mundo, podrían hacerlo. Combinando las letras de los inefables nombres de Dios, Rava consiguió crear un hombre y klo mandó a Rav Zera, Éste le dirigió la palabra; como el hombre no respondía, el rabino le dijo: "Eres una creación de la magia, vuelve a tu polvo".
Dos maestros solían, cada viernes, estudiar el Sepher Yezirah y crear un ternero de tres años que luego aprovechaban para la cena.
En una de sus guerras, Alí derribó a un hombre y se arrodilló sobre su pecho para decapitarlo. El hombre le escupió en la cara. Alí se incorporó y lo dejó. Cuando le preguntaron porqué había hecho eso, respondió:
-Me escupió en la cara y temí matarlo estando enojado. Sólo quiero matar a mis enemigos estando puro ante Dios.
Dicen que en el riñón de Andalucía hubo una escuela de médicos. El maestro preguntaba:
-¿Qué hay con este enfermo, Pepillo?
-Para mí -respondía el discípulo- que se trae una cefalalgia entre pecho y espalda que lo tiene frito.
-Y por qué lo dicés, salado?
-Señor maestro: porque me sale del alma.
En una de las antiguas guerras de Escocia, el jefe del clan de los Douglas cayó en manos del enemigo. Al otro día llevaron a su habitación en la torre, una cabeza de jabalí en una fuente. Douglas, al verla, comprendió que su suerte estaba sellada. Esa noche lo decapitaron.
Cuando las tropas del duque de Orléans sitiaban Zatagoza, el clero de la ciudad persuadió a los pobladores de que tales tropas eran apariencias producidas por un sortilegio.
Una dama de calidad se enamoró con tanto frenesí de un tal señor Diodd, predicador puritano, que rogó a su marido que les permitiera usar de la cama para procrear un ángel o un santo: pero, concedida la venia, el parto fue normal.
Etiquetas: Un cacho de cultura.
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