Humor militar
Durante las maniobras, el Capitán, que iba bajando por un embarrado camino, se encontró con
un auto atascado en el barro, con un Coronel con su rostro transpirado y rojo al volante.
-¿Su jeep se encajó, señor? -preguntó el Capitán
-No, no el mío -replicó el Coronel, descendiendo del auto y alcanzándole las llaves: -el suyo.
Recién mudado a su nueva oficina, un nuevo y pomposo Coronel estaba sentado en su escritorio cuando un soldado operario llamó a la puerta. Consciente de su nueva posición, el Coronel tomó rápidamente el teléfono, le dijo al soldado que entrara, y le habló al teléfono: "Sí, General, lo veré esta tarde y le pasaré su mensaje. Mientras tanto, muchas gracias por sus buenos deseos, señor".
-¿Qué es lo que desea?
-Nada importante, señor, replicó el soldado. Me mandaron a conectar su teléfono, pero veo que usted se las arregla para hacerlo funcionar de todos modos, de modo que seguiré mi camino.
-Seguro, compañero.
-Esa no es manera de dirigirse a un oficial. Bien, intentemos nuevamente:
-Soldado, ¿Tiene cambio de diez dólares?
-No, SEÑOR.
Un Mayor y un Coronel estaban sentados en la peluquería para afeitarse.
Terminado el trabajo, el peluquero tomó la loción after-shave para pasarles por la cara.
El Coronel le gritó al barbero: -Eh, no me pongas esa porquería encima. Mi mujer va a olerla y pensará que estuve en un prostíbulo.
El Mayor se volvió hacia el peluquero y le dijo: -Adelante y póngame. Mi mujer no sabe cómo huele el interior de un prostíbulo.
Etiquetas: Otro poco de humor.
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