miércoles, febrero 24, 2010

Los antinobel

Todos conocemos los premios Nobel. Pero existen, menos conocidos, los antinobel, denominados IGNobel -que podría traducirse como innobles.
Son nobel alternativos que otorga la Universidad de Harvard, en EEUU, desde 1991, y se conceden a trabajos de investigación improbable, y en su última edición, distinguieron a Elena Bodnar, en Salud Pública, por inventar un sujetador que se convertía en un par de caretas antigás. El de la Paz fue otorgado a un equipo suizo que investigó experimentalmente qué es más dañino: recibir un golpe en la cabeza con una botella llena, o con la misma botella, pero vacía. El de Economía a los responsables de cuatro bancos suizos que aseguraron haber confirmado que los bancos pequeños pueden convertirse fácilmente en grandes bancos y al contrario.
No crea que son tan despreciables: auténticos premios Nobel suelen ser los encargados de entregar los galardones, que tienen como finalidad hacer reír, y luego pensar.
Otros años se ha premiado a dos británicos por una demostraciòn de que las vacas que tienen nombre propio dan más leche que las que no lo tienen; a un investigador del efecto de la música country en el suicidio; al inventor de testículos de plástico para perros, en tres tamaños y con tres tipos de rigidez; y a un profesor que profundizó en "la necrofilia homosexual del ánade real". Sin comentarios.
Si se otorgaran IGNoble por decisiones jurídicas, seguro que el galardón al sin sentido se lo hubiera llevado la absolución del ex actor y ex deportista norteamericano O. J. Simpson por el asesinato de su ex mujer Nicole Brown y del amante de ésta, Ronald Goldman, en 1994, aunque luego un jurado civil de California le condenó a indemnizar a los herederos de las dos víctimas con más de 33 millones de dólares, por entender que era responsale de sus muertes. O sea, inocente, pero culpable.
Dejo a mis compatriotas argentinos las sugerencias, en este terreno, de cuántos jueces podrían ganar aquí el galardón.

1 comentario:

  1. Me preocupa, ciertamente, la necrofilia homosexual del ánade real. Eso sí, no menos me preocupa la producción de leche de las vacas bautizadas y, aunque no lo creas, es de mi interés el conocer si las pulgas de los perros saltan más que las de los gatos (eso no lo has contado) o el tamaño de los ápositos testiculares en latex, para cánidos.

    Un saludo, desde España.

    Amelia

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