El mismo tema de la semana pasada, por uno de los grandes saxofonistas tenores del jazz: Lester Young.
Con la aparente y deliberada calma que constituye su estilo, no exento sin embargo de complejidad, se desliza a través de las dificultades que va planteando y resolviendo. Un uso inteligente de los silencios, sus pausas, seguidas de notas largamente sostenidas, llenas de convicción. Lejos de toda espectacularidad, mantiene su discurso dentro de un par de escalas, sin apelar a ningún efecto, y lleno de seguridad en lo que está haciendo. Nunca repite una idea. Cuando lo parece, es sólo que inicia la frase de igual modo, pero para lanzarse a un nuevo intento, en una búsqueda interminable de nuevos hallazgos, en un continuo deslizarse en busca de la perfección que a veces alcanza.
Hoy doy el título completo del tema. Así se entiende mejor la alusión de la semana pasada. (Aunque es conocido generalmente por I can't get atarted).
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