Para evitar tener hijos, hacé el amor con tu cuñada : tendrás sobrinos y sobrinas.
Como el amor es ciego, es necesario saber palpar.
Quien cede cuando no tiene razón, es sensato; quien cede cuando tiene razón es casado.
El amor es como la gripe: se pesca en la calle y se trata en la cama.
El amor nos vuelve ciegos, pero el matrimonio nos devuelve la vista.
Algunos quieren tanto a sus esposas que para no usarlas, usan la de los otros.
Los hombres mentirían menos si las mujeres hicieran menos preguntas.
Los espejos harían bien en reflexionar antes de devolver algunas imágenes.
Si la mujer fuera buena, dios tendría una. Si fuera confiable, el diablo no tendría cuernos.
Si algún día te sentís inútil, recordá que una vez fuiste el espermatozoide más rápido.
Antes de encontrar tu príncipe encantado, deberás besar a una tonelada de ranas.
Sé amable con tus hijos : recordá que serán ellos quienes elegirán tu geriátrico
Los amigos van y vienen; los enemigos se acumulan.
Para defender su causa, un abogado se viste especialmente, la mujer se desviste.
La jerarquía es como una estantería: cuanto más alta, más inútil.
Los políticos son como los pañales de los bebés: es necesario cambiarlos regularmente, y por las mismas razones.
Cuanto más rápido va uno con una mujer, es cuanto más lento piensa que vamos.
La risa es como los limpiaparabrisas: permite avanzar aunque siga lloviendo.
Peor que una piedra en el zapato es una espina justo donde duele.
Si querés que tu mujer escuche lo que decís, contáselo a otra mujer.
Todos los hongos son comestibles: algunos sólo una vez.
Tu futuro depende de tus sueños. No pierdas tiempo: andate a la cama.
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