El inconfundible Garner, uno de los grandes pianistas del jazz moderno, interpretando un standard: Estoy dispuesto al amor.
En un tiempo más lento que el original, lo interpreta con continuos arpegios, siempre en acordes (nunca se escucha una nota limpia) y siguiendo fielmente el tema, lo va desarrollando con ligeras variaciones, reemplazando una nota por varias, y enriqueciéndolo de este modo, con insistentes retornellos, que enriquecen y embellecen el original, con pausas repentinas, que constituyen las divisiones rítmicas.
No hay aquí "ideas", discursos inspirados sobre una variación del tema, sino que éste permanece siempre, reconocible aunque distinto.
pedazo de tema, ideal para otoño
ResponderBorrarY no te cuento para el invierno...
ResponderBorrarAgradezco tu visita.