jueves, mayo 07, 2009

Vanidad

Frases que apuesto seguramente ustedes tendrán alguien a quien aplicar.

Su egolatría es una compensación de la naturaleza para su mediocridad.
Su ego es lo único que crece en él sin que nada lo alimente.
No tienes que darle la mano cuando te la extiende: tienes que besársela.
Es más bien una advertencia que un ejemplo.
Se hizo a sí mismo, pero debió consultar a un experto.
Se hizo a sí mismo, y libró a Dios de una gran responsabilidad.
Se hizo a sí mismo, pero dejó el trabajo sin terminar.
Se hizo a sí mismo, y uno no sabe si se está jactando o disculpando.
En su cumpleaños manda telegramas de felicitación a sus padres.
Cuando se mira al espejo, hace una reverencia.
Puede permanecer más tiempo en una hora, que el resto de la gente en una semana.
Cuando ya no queda nada por decir, él lo sigue diciendo.
Si ves a dos tipos, y uno tiene cara de aburrido, el otro es él.
Te priva de tu soledad, sin proveerte de compañía.
Hay un momento en que se pone interesante: cuando se va.
Puede envolver una idea de un minuto en un vocabulario de una hora.
Tiene diarrea de palabras y constipación de ideas.
No abre la boca a menos que no tenga nada que decir.
Tiene una gran cultura: puede aburrirte hablando de cualquier tema.
Se ofende si otro habla cuando él interrumpe.
Lo vacunaron con una púa de fonógrafo.
Debiera alquilar la lengua como cazamoscas.
No sólo quiere tener la última palabra, sino las últimas quinientas
Tiene tan grande la boca que puede susurrar en su oreja
Tiene la lengua tan larga que puede cerrar un sobre una vez que lo puso en el buzón.
Lo único que le puede quitar la última palabra es su eco.
Le toma media hora decirte hola.
Puso la mente en blanco, pero olvidó apagar el sonido.
Tiene una mente amplia: se aproxima a cada problema con la boca abierta.
No podrías meterle una idea adentro ni que la doblases en dos.
Nunca puede esperar para ver lo que va a decir.
Escucha una conversación sólo cuando él está hablando.
Puede leerselo como un libro, pero no cerrárselo tan fácilmente.
Es una bocalamidad.
Sería mejor si su cerebro trabajase tan ligero como su lengua.
Trepa por la escalera del éxito besando los pies del que está arriba y pisando la cabeza del que está abajo.
Nunca falta a su palabra (sin consultar con su abogado.
Cuando dice buenos días, los demás llaman al servicio meteorológico.
Es un hombre de palabra...s
Tiene tanta conciencia como un zorro en un gallinero.
Cuando te palmea la espalda está viendo dónde clavarte el cuchillo.
Todo lo que tocaba se convertía en oro, pero el juez le ordenó restituirlo.
Cambia de posición más rápido que un limpiaparabrisas.
Cuanto más protestas de honestidad haga, más fuerte tenés que agarrar la cartera.
Ojo cuando te estrecha la mano: está tratando de que se te caiga algún mango del bolsillo.
Cuando dejó su último departamento el dueño lloraba: le dejó debiendo un año de alquiler.
Es tan falso que tiene caries en las muelas postizas.
Da públicamente y roba privadamente.
Es tan hipócrita como el dueño de una funeraria poniendo cara de triste en un entierro de 100 palos.
Es muy generoso con los amigos: comparte con ellos lo que estos tienen.
Es tan falso como la sonrisa de un dentista.
Nunca olvida un favor (si es él quien lo hizo).
Hay que tener buen temple para ver lo liberal que es con la guita que nos debe.
Cuando era chico se fugó con un circo, pero la policía lo atrapó y se lo hizo devolver.
En un tiempo estuvo conectado con la policía: con un par de esposas.
En un tiempo tocaba el órgano: después se le murió el monito.
Si le prestás plata nunca más lo ves. Y es un buen negocio.
Es tan desagradable que ni la sombra le quiere hacer compañía.
Podés decirle cualquier cosa: tiene cabeza a prueba de sonidos.
Es tan estrecho de mente que puede mirar por una cerradura con los dos ojos.
Argumentar con él es como tratar de leer el diario en el colectivo.
Tiene una mente muy abierta: deberían cerrarla para repararla.
Piensa que todo el mundo está en contra de él. Y es cierto.
Puede hacer más preguntas incisivas que un inspector de réditos.
Uno de estos días perderá la cabeza, y todo indica que no se dará cuenta.
Lo primero que hace por las mañanas es cepillarse los dientes y afilarse la lengua.
Su problema es que alguien le recomendó una vez que tratara de ser él mismo.
Encontraría fallas hasta en el Paraíso.
Es muy cuidadoso: cambia el aceite cada 10.000 palabras.
Cuanto menos sabe, más obstinadamente lo sostiene.
Cuanto más estrecha su mente, más amplias sus afirmaciones.
Es un genio arguyendo sobre cosas que no conoce.
Piensa dos veces antes de hablar, así dice algo mucho más estúpido que si lo hubiese largado de entrada.
Es tan estimulante como una tumba en húmedo domingo.
Es tan estimulante como un limón apretado.
Tiene un talento único para extraer dificultades de cualquier oportunidad.

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