Había planeado sacar este post p para el día del trabajo, pero la compu no quiso, y bueno, que sea hoy, una vez arreglada (gracias, M.)
En momentos de crisis como estos, aparecen enseguida los despidos, ya que por supuesto los empresarios precisan los obreros y empleados cuando hay ganancia, y si no, a la basura como forro usado.
Es entonces cuando la gente muestra su espíritu de inventiva, que nosotros para eso somos unos ases. Pero no los únicos. Aquí va una pequeña reseña de ocupaciones inventadas, algunas de las cuales dieron muy buenos resultados, por cierto.
* Hace unos años, un muchacho de Nueva York puso un aviso en los diarios anunciando que se alquilaba como tonto. Y daba su teléfono. El anuncio decía: "Soy tonto, alquíleme. Mi inteligencia mediocre, mi constante embobamiento permitirán a sus invitados sentirse superiores." Tuvo tanto éxito que se vio obligado a contratar a otros tontos suplentes para satisfacer la gran demanda.
* En Miami, algunos estudiantes ganaban plata hace unos años como vigilantes de punto de cocción. Se ofrecían en restoranes y hoteles para vigilar los guisos, platos exóticos y otras exquisiteces, y advertir cuando estaban en su punto para ser servidos. Cobraban su salario parte en comida y parte en efectivo.
* En la costa Oeste de EEUU, la empresa ofreció en el mercado de eventos y relaciones públicas gente que llega primero. El trabajo de estos jóvenes, hombres y mujeres bien vestidos, por lo general atractivos, simpáticos conversadores y con las condiciones adecuadas para cada evento, consistía en llegar puntualmente a presentaciones, fiestas, reuniones, y ocupaban el lugar de los invitados hasta que llegaban los reales. Esta iniciativa tuvo gran aceptación, por supuesto, porque nadie quiere llegar primero a un lugar y encontrarse con que es el único.
* A otros dos neoyorquinos se les ocurrió otra idea brillante. Recogían del suelo entradas usadas a la salida de grandes recitales de rock, conciertos, obras de teatro, y luego las vendían a extranjeros para que pudieran exhibirlas, al regreso a su hogar, como prueba de lo mucho que habían disfrutado de su viaje, con espléndidos shows incluidos. Como el negocio fue cobrando cada vez más importancia, los jóvenes se asociaron directamente con los encargados de estos lugares y entonces pasaban directamente a buscar los tickets en bolsas para luego poder comercializarlos.
* An Alemania, en los '70, algunos chicos se ofrecían como choferes por hora. Bastaba con tener un auto en condiciones y conocer los lugares divertidos de la ciudad, y todo sitio digno de ser visitado, tanto de día como de noche. Se vestían con un uniforme elegante, y dejaban sus tarjetas en los lobbies de los hoteles importantes. ¿A quién no le gusta darse corte llegando en un auto lujoso con su chofer?
* Muchos años antes de ponerse de moda la calvicie voluntaria, a un italiano se le ocurrió raparse totalmente la cabeza y anunciar en su calva determinadas marcas. Se sentaba en un bar durante el tiempo pactado con el anunciante, serio e imperturbable, ostentando, por ejemplo, la marca y el logo de un conocido fernet.
* Otro italiano rápido, confeccionó una original y extensa lista de trucos para ganar dinero rápido. Y su truco más festejado, consistió en vender ese listado a todos sus amigos. Le fue muy bien.
A aguzar el ingenio.
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