Y así, sin que nadie lo felicitara, sin que nadie -y menos aún el propio Crab- se atreviera a imaginarlo, pasó casi inadvertida la presencia del visitante número 30.000.
Por cierto, quedamos emocionados y agradecidos por la contribución de tantos ignotos amigos, que jamás hubiera imaginado hace un año y medio, cuando comencé este blog.
A todos, pues, mi sincero y conmovido agradecimiento. Y mis felicitaciones por su inexplicable constancia, a pesar de todo (y me refiero a todo).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario